Oda a un sueño

Te amo.

Quisiera quedarme en tus brazos todo el tiempo posible, y que ningún beso de ningún príncipe me hiciese abrir los ojos. Tú eres el que me hace creer en un mundo diferente, en posibilidades no pensadas, en poder imaginar lo inimaginable...

Como toda pareja, tenemos nuestros momentos malos en los que las luces se apagan, el peligro está continuamente presente y no hay nadie que me saque de allí, pero estando el asunto sólo entre tú y yo y siendo como eres, parte de mí, creo que podremos superarlo...

Eres algo que pocos pueden entender y que ofrece la tranquilidad máxima durante un momento...

Pero en algún momento habrá que abrir los ojos, y hay veces que desearía no hacerlo...

Dulce armonía

El sujeto 1 cambia la prosa por el verso para poner ritmo y forma de estatua a su inmensa felicidad. El sujeto 2 cambia los suspiros solitarios por los besos que se reparten y hacen cada día único.

El sujeto 1 bendice cada sonrisa del sujeto 2 y deja de manejar los manos de su respiración y de los latidos de su corazón. El sujeto 2 se enfrenta a lo desconocido del sentimiento nuevo que le invade y descubre que ésa la mayor aventura jamás contada.

Ambos sufren, ambos ríen, ambos se ayudan, ambos tienen sus choques, ambos son las respuestas a las oraciones del otro... ambos se quieren y les basta con que sea así y con estar juntos.

No hay más pensamientos en la cabeza...

...sólo dos corazones que laten como uno.

SPAAAAAAAAAAAAAACE

No puedo evitarlo.

En momentos como éste que quiero aprovechar hasta al límite, tumbado sobre mi humilde cama, rodeado de soledad, con una canción en mi cabeza y visualizando mis sueños como joyas que brillan sobre mi corazón... me siento como una puta reina.

En tus narices

Un elefante en el cuarto. Realmente enorme si nos fijamos con precisión.

Pero más grande aún si la culpa también está presente, y no de forma subjetiva... Desearía hacerlo desaparecer, y no sé si lo que queda por hacer está aún en mi mano.

Silbando al aire

En serio, no podía ser más bonito el sol al ponerse.

Las pequeñas velas que arden

Lo más pequeño puede ser dentro de sí lo más grande. ¡Silencio! Oído cocina. Manos. Papel. ¿Coronas y cabezas de lobos? Mi mente deja de funcionar como siempre, como puedes comprobar.
Contigo, he aprendido qué es ver el aura de alguien. No puedo apartar mis ojos de ti, ni de tus alas.

Silencio.
No respondas.
Quiero ver tu ser.
Quiero oír tu voz.
Oírte cuando cantas...

Pues tantas voces te acompañan en tu leitmotiv...

Y rueda, y rueda...

Sí, esto es lo que suena en la radio.
¿Por qué no le pones un poco más de volumen?



Tantas caras, tantos lugares dispares entre ellos, tantas pisadas en el húmedo suelo... Está bien, vámonos. Aquí ya no tenemos nada que hacer.

¿Tienes dinero para el pase a la autopista? Pues corre, que a este paso hasta nos cobran por estar quietos.

¿Que por qué sonrío? Si no te hubieses despistado tantas veces con las latas de cerveza vacías para darle patadas, quizá podrías haber estado mirando a las estrellas.

Por una vez, el cielo está despejado y sin iluminación artificial que la contamine.